La boda… importante acto en cualquier país, con muchos años de tradición. Con ello, diferente en cada lugar, diferentes costumbres, cada uno con sus propias formas y detalles típicos.
En Alemania la época preferida por lo general para casarse suele ser en verano, o en fechas aproximadas a éste (de mayo a septiembre), pues hay menos lluvias, más días de sol y se hace mucho más agradable.
Comentaremos algunas cosas en común y algunas diferencias entre las bodas de España y las alemanas para destacar así tales detalles curiosos del país. En primer lugar, antes de la boda, como en España, se celebra la despedida de soltero, llamada Junggesellenabschied, en la que se juntan todos los amigos del novio y éste para celebrar que deja de ser soltero. De igual forma, la novia con sus amigas celebran lo mismo.
La primera diferencia, podríamos decir que es que en España, los que se casan religiosamente, se hace la ceremonia y en la iglesia se pueden firmar los papeles, sin embargo, en Alemania, primero has de firmar y casarte en el Registro Civil (Standesamt, en alemán) para que, así, luego la ceremonia en la iglesia sea válida. Por esta razón, se casan por lo Civil unos días antes y posteriormente, por lo general, algunos amigos y familiares les esperan fuera para felicitarlos y poder ir a comer o cenar juntos a modo de previa celebración a la “gran boda”. Si es por la tarde, muchos preparan una merendola, clásico en las casas alemanas, en las que aparece el café, el té, las tortitas, las galletas de mantequilla o chocolate y alguna tarta casera.
Lo más tradicional, y lo que más se sigue conservando, es el llamado Polterabend, que consiste en romper vajillas tirándolas al suelo la víspera del día de la boda. A este acto no hace falta estar invitado y puede acudir todo aquel que quiera (de ropa de diario) con el fin de desearles suerte a los novios. Una vez rotas, los novios han de encargarse de barrerlo todo y recoger, simbolizando el trabajo en equipo y la unión.
El arroz, típico en más países, también en Alemania es costumbre lanzárselo a la pareja mientras sale (ya sea del Ayuntamiento o de la Iglesia). Acto seguido, tiene lugar un curioso acto: cortar el tronco. Este tradicional detalle consiste en cortarlo con una sierra de doble mango, por ambas partes, siendo usado por el novio y la novia a la vez. Insistir y trabajar hasta que se rompa el, por lo general grueso, tronco. Esto simboliza la primera actividad juntos estando casados y el inicio de sus nuevas vidas unidos y el trabajo el uno con el otro.
En cuanto al banquete después de la ceremonia, cabe decir que en muchas ocasiones en Alemania se pone un buffet en lugar de un menú como en España y muchos se llevan algo de lo que sobra para no tirarlo. Durante el brindis la pareja recién casada bebe una copa enorme a la cual llaman Brautbecher, simbolizando de nuevo la unión entre los dos. Cabe tener en cuenta que este detalle no se realiza por todo el país, sino más en unas zonas que en otras, como por Nürnberg y alrededores.
La típica pregunta, el regalo: ¿dinero o regalo? Hoy en día, como en España, se suele dar en más ocasiones dinero, pues pueden hacer un uso más personal para lo que de verdad necesiten, para la luna de miel, la casa o para recuperar algo de lo que han gastado en la boda, pero ello no quita que se sigan dando regalos. Por lo general, se pregunta a la pareja qué prefieren. Sin embargo, destaca el hecho de que en el caso de ser dinero, no lo entregan en un simple sobre como acostumbran los españoles, sino que se esfuerzan en crear un detalle donde poner el dinero de forma creativa y, muchas veces, junto con algún detalle artístico y sentimental como videos, canciones o fotos y, además, los invitados intervienen varias veces y les dedican unas palabras a los novios.
Por último, otra diferencia entre España y Alemania es que los alemanes invitan a la boda a la familia más cercana y a los amigos más estrechos, sin embargo, los españoles invitan a mucha más gente: a compañeros de trabajo, amigos no tan cercanos, etc. Y, por si acudís a alguna boda alemana, debéis saber que muchas veces se invitan a los familiares y mejores amigos a la ceremonia y luego a más gente al banquete o viceversa, es decir, que no siempre estaréis invitados a todas las partes o celebraciones de la boda.