Quien oye hablar de Berlín, piensa, en primer lugar, en la puerta de Brandeburgo, el edificio más famoso de la capital. Durante décadas ha sido símbolo de división, pero también el corazón de una metrópoli siempre magnífica, fuente interminable de ideas e impulsos, arte, cultura y creatividad.
El Kurfürstendamm, la elegante avenida metropolitana, los grandes almacenes Kaufhaus des Westens, mejor conocidos como KaDeWe, los boutiques de lujo y las galerías refinadas son las vistas de los barrios occidentales, así como los esplendidos barrios residenciales y, por supuesto, la muy famosa vida nocturna.
Una noche en Berlín prevé una visita al Friedrichstadt-Palast, el teatro de variedades más grande de Alemania. Una atmósfera cosmopolita se respira sin duda también en los barrios del gobierno, que se extiende hacia al Este, partiendo de la puerta de Brandeburgo y del cercano Reichstag. La preciosa avenida de Berlín Unter den Linden serpentea hacia el Alexanderplatz, pasando junto la isla de los museos, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la catedral de Berlín, la comisaria de policía Neue Wache y el edificio barroco Zeughaus, en el que hoy tiene lugar el museo histórico alemán. Continuando, se llega a la torre de televisión, hasta hoy el edificio más alto de Alemania. La torre ofrece un panorama impresionante por encima de Berlín y la región de Brandeburgo, una de las visitas obligatorias en cualquier estancia en la capital alemana. Poco más lejos, surge la Gendarmenmarkt, conocida como la plaza más bonita de Berlín que, junto con la catedral alemana, es un espacio extraordinario de sublime belleza. En cambio, pero más relajada y ligera es la atmósfera que se respira en la Hackesche Höfe, el complejo independiente de edificios con cortes más grandes de Alemania y, desde 1977, Patrimonio Cultural que se encuentra en el barrio Berlin-Mitte, donde es posible revivir el Berlín de los tiempos pasados. Es el resultado de la viva mezcla de galerías de arte, cine, teatros, locales, restaurantes y bares, pequeñas tiendas y puntos de venta de grandes cadenas. Aquí, se respira también el espíritu creativo de Berlín, que parece estar más vivo que en otras metrópolis del mundo.
Berlín es la capital de la república Federal de Alemania y sede de su gobierno. Está situada en el este de Alemania, a 70 kilométros de la frontera con Polonia y cuenta con 3,4 millones habitantes y con 892 kilómetros cúadrados es la comunidad más grande de Alemania. Berlín es reconocido como la ciudad mundial de la cultura, política, medios y ciencias. La ciudad es un importante nudo de comunicaciones y unas de las más visitados del continente.
Se caracteriza como un competitivo centro económico. La excelente infraestructura, el potencial personal altamente cualificado y las universidades excelentes, son importantes razones para el asentamiento de empresas. Berlín se desarrolla de una ciudad industrial a un moderno centro de servicios. Un importante sector económico es el turismo. Vincula una densidad urbana con alta calidad de vida. Los ríos y numerosos lagos no ofrecen solamente la oportunidad de bañarse y pescar, sino que es usada como agua potable. El centro es el mejor domicilio para los habitantes con hijos por los colegios y supermercados, vinculados con un buen enlace de comunicaciones y gran oferta en parques, parques infantiles y espacio para actividades deportivas para niños y jóvenes. Refleja el cambio rápido de influencias y tendencias. El desorden de estilos hace la ciudad atractiva. Berlín es un lugar ideal para un diálogo de culturas con más que 494.000 personas de nacionalidad no alemana que provienen de 186 países y proporcionan una pluralidad de culturas.
La vida en Berlín es muy confortable. No hay problemas si los trenes y metros están repletos de gente, no tienes que esperar mucho en las colas y no se encuentra gente estresada. Los habitantes son famosos por su libre pensamiento y encuentran otras personas con su carácter abierto, no se dejan impresionar por ropa cara y cosas materiales, los ciudadanos siempre están ocupados con algo, se dice que ellos no están mucho en casa y es gente muy dispuesta a ayudar.
Bosques y parques convierten Berlín en una ciudad verde. En el centro se encuentra un parque grande: El Tiergarten con pocos animales aunque, a cambio, hay un lago rómantico y el correspondiente café am Neuen See con su cervecería al aire libre. Berlín ofrece muchas posibilidades de transporte: a pie, en bicicleta, barco, metro… Así el lago Mügelsee o el pico Müggelberge es visitado por los turistas, las islas Pfaueninsel y Schwanenwerder, las bahías a través del lago Havelchaussee y el castillo Jagdschloss Grunewald.
Cerca se encuentra el el campo de concentración de Sachsenhausen. Lugar histórico y cultural que muchos visitantes de Berlín no dudan en conocer. Hay visitas guiadas desde el centro de Berlín las cuales te llevan, te explican la historia y cada detalle del lugar. Es una visita muy interesante que te pone los pelos de punta pero te hace conocer la increíble historia de la segunda Guerra Mundial.
La cocina de Berlín es muy variada, a la par que buena. Hay numerosos restaurantes cuyos propietarios muchos son jóvenes. Los restaurantes ofrecen plátos clásicos pero modificados para hacerlos más sanos, ligeros y creativos. Restaurantes con platos tradicionales como lacón y carne de cerdo cocida y ahumada no son fáciles de encontrar, mientras que la cocina asiática abunda en la región. También hay restaurantes exclusivamente vegetarianos. En desayuno en Berlín se caracteriza por ser muy abundante, por lo que hay muchos cafés con grandes buffets-desayunos. Esta comida tiene la misma importancia que el almuerzo. Lo más típico de la zona es la salchicha con salsa de curry, así como los döner kebabs.