Una vez finalizada la carrera, es muy común tener expectativas poco realistas, quizá demasiado ilusas, en otros casos demasiado negativas. Es importante conocer el mundo laboral: qué posibilidades tienes, cómo empezar, qué errores cometerás y cuáles debes evitar en la medida de lo posible. Por una parte, se debe ser consciente de lo que significa ganar un sueldo y tener un control de los gastos, pues el primer error de cualquier joven que empieza a trabajar es gastar y derrochar todo lo que gana en los primeros meses, sin tener en cuenta el futuro o en qué le puede perjudicar tal comportamiento.
En un principio, para muchos, puede no resultar fácil encontrar un buen trabajo, o incluso “un trabajo”, y será muy común encontrarse con largas esperas para las entrevistas o, al menos, para las respuestas a las solicitudes (cabe decir que en España es muy normal que no te contesten las empresas si no te han cogido, sin embargo, en Alemania suelen contestar siempre, tanto positiva como negativamente). Estemos donde estemos, hay que ser pacientes y constantes aunque siempre se cometerán algunos errores. Algunos típicos pueden ser los siguientes:
1- En primer lugar, nos encontramos con la idea de “tengo un título universitario o similar, ya tengo trabajo” y eso es un grave error, pues puede hacer que nos desanime cuando las cosas se pongan difíciles. Un título da la oportunidad de poder competir, pero hoy en día mucha gente tiene títulos, por lo que en lo que las empresas se fijan es en las fortalezas que podamos tener y en la sensación que podamos transmitirles en la entrevista (aunque también se fijan en la carta de motivación). Por su importancia, conviene que resaltemos nuestras habilidades, nuestras virtudes y mostremos un gran interés por aprender restándole importancia a la experiencia que aún no hayamos adquirido.
2- Junto a éste, encontramos la relación equivocada en cuanto a altas notas y mejor candidato. Es decir, que tengamos todo sobresalientes en las asignaturas de nuestros estudios no demuestra que seamos el mejor candidato para el puesto, pues quizá hemos sido muy buenos para retener información para los exámenes pero no tenemos la capacidad necesaria de entender rápida y eficazmente las cosas. O bien trabajando individualmente somos muy buenos, pero no se nos da bien trabajar en equipo y el puesto lo requiere. Además, es importante tener siempre en cuenta que hay que demostrarlo todo, no vale con hablar o creerse, sino trabajar y demostrar con hechos.
3- Otro error suele ser el de aceptar la primera oferta de empleo que encontramos. Un puesto de trabajo siempre ha de estar relacionado con lo que se nos da bien o lo que nos interesa y de lo que queremos aprender, por ello tenemos que evitar escoger un trabajo que sabemos que no nos gustará o no va con nuestros planes de futuro, ya que podría hacer que nos amargáramos y viéramos con una perspectiva muy negativa nuestros próximos trabajos, podríamos llegar a pensar que todo lo relacionado con la carrera, o lo que hayamos estudiado, finalmente es así y que no es lo que queremos para nuestro futuro, cuando realmente es únicamente ese puesto de trabajo que no concuerda con nosotros.
4- Muchas veces ignoramos la ayuda que nos ofrece la universidad, pues nos ayudan a crear el currículum y las cartas o cómo buscar trabajo, nos ofrecen conferencias muy a menudo, nos asesoran y ayudan a decidir por donde dirigir nuestros próximos y primeros pasos en el ámbito laboral. Un gran y típico error es no tener esto en cuenta, ¡usad los servicios que os ofrecen, os servirán de gran ayuda!
5- Una mala costumbre en España, en muchos casos, es el hecho de presentar el mismo currículum y la misma carta de presentación/motivación a todas las diferentes empresas a las que enviamos una solicitud de empleo. Esto es un importante error a tener en cuenta. El CV no debe cambiar mucho, simplemente, dependiendo del puesto, destacar más unas veces que otras algunas experiencias o cualificaciones, por ejemplo. Sin embargo, la carta sí que requiere más atención y un mayor cambio respecto a cada solicitud. Dependiendo de las responsabilidades y tareas del empleo conviene destacar unas cualidades u otras, omitir algunas especificaciones o centrarnos de otra forma en nuestra presentación. Por poner un ejemplo, podemos encontrarnos en un caso en el que el trabajo en equipo, la motivación, la creatividad y la comprensión y paciencia sean claves, así deberíamos destacar estas cualidades, si las tenemos, y probarlas con algunas experiencias que hayamos tenido en las que se hayan requerido. En otro caso diferente, se puede pedir independencia, capacidad de trabajar de forma autónoma, habilidad para aprender rápido, etc. Así, deberemos destacar características personales diferentes a las anteriores y destacar actividades o situaciones en las que se aprecien.
6- Además, relacionado con lo anterior, encontramos otro error: no investigar cada una de las empresas a las que enviamos una solicitud de empleo. Debemos tener conocimiento de qué tipo es, cuáles son sus objetivos, cuál es su cultura empresarial, qué tamaño tiene, si trabaja nacional o internacionalmente y demás. Todos estos detalles conviene tenerlos claros a la hora de acudir a la entrevista (suelen preguntar acerca de la empresa como, por ejemplo, ¿por qué desea trabajar con nosotros?, ¿qué le llama la atención de nuestra firma?) para poder responder de forma convincente conociendo los detalles de la organización. Aún así, también cabe comentar cierta información en la carta de motivación, por lo que también cambiará cada una de ellas dependiendo la compañía a la que se envíe.
7- Una vez en la entrevista, se recomienda tener claro cómo es mejor actuar, pues los nervios o el hecho de ser principiantes nos juegan malas pasadas. Algunos gestos como cómo saludar, cuándo sentarte, cómo hacerlo y muchos más son bastante relevantes. Con más detalle de las entrevistas, sobre todo en Alemania, se explican en Entrevistas de trabajo en Alemania.
Una vez hayamos conseguido el puesto de trabajo, vuelven a aparecer algunos errores muy comunes a tener en cuenta para intentar evitarlos:
8- Gastar más de lo que tienes, gastar antes de cobrar: una vez que se acaba la carrera se tienen muchas ganas de ganar dinero, trabajar, hacer cambios, permitirte unos caprichos y demás. Sin embargo, éstas muchas veces impulsan a gastar todo lo que ganas o pedir a padres o amigos algo de dinero para devolverlo cuando cobremos. Este comportamiento es un gran error típico de cualquier recién graduado o, de forma más general, de cualquier principiante en el ámbito laboral. Es conveniente intentar no dejarse llevar y controlar los primeros sueldos, pues no se sabe si continuaremos en ese puesto durante una larga temporada o qué necesitaremos en los próximos meses y, además, las ganas de comprar un coche, independizarnos y demás cuestan mucho más, cuesta ahorrar. Ahorrar es importante, ya que es una inversión a largo plazo y se convierte en un colchón que garantiza un futuro en condiciones. Sí, lo garantiza, es decir, nunca se sabe lo que puede pasar, no sabemos si se nos romperá el coche de repente, si nos pasará algo por lo que tengamos que pagar médicos o tratamientos o si, por otra parte, nos entran las ganas de hacer un máster, invertir en algo valioso, etc. En este caso, si no ahorras, ¿qué haces?, ¿comienzas a recaudar o ahorrar dinero desde ese momento en el que se te ocurre la idea? (tardarías en conseguirlo, tendrás que esperar bastante a tener el dinero), ¿o pides dinero a alguien? (te endeudas y pagas intereses). Un buen motivo por el que ahorrar es para evitar todo esto. Hay otros motivos, como por ejemplo, si nos apetece hacer un viaje que antes no habíamos pensado, tenemos que ayudar a alguien… Sin embargo, sea cual sea la razón, el ahorro es la clave para tener una seguridad financiera y para estar protegido de cualquier problema repentino y será la única forma que ayudará a conseguir nuestros sueños (como una casa, un coche, otro bien material o cualquier otra cosa que deseemos) de la forma más tranquila. Cuanto menos crédito o ayudas se pidan, mucho mejor, os daréis cuenta vosotros mismos. Empezar a ahorrar desde el primer sueldo hará que tengamos muchas más opciones en el futuro.
9- La idea de muchos trabajadores jóvenes es la de mantener su estilo en cuanto a la vestimenta incluso en el puesto de trabajo, sin embargo, esto es una importante equivocación. La vestimenta y la imagen son importantes y deberemos adaptarnos desde el primer día a las formas de la compañía. No conviene ir de forma demasiado llamativa, podemos vestir de forma similar a nuestros compañeros dándole un toque personal, pero siempre acorde con el puesto y la empresa.
10- La falta de puntualidad es algo a lo que muchos les cuesta acostumbrarse, pues en la universidad o instituto llegar tarde, sobre todo en España, es muy común (aunque en ocasiones moleste). Por el contrario, en un empleo no se debe de llegar nunca tarde, pues resulta una falta de respeto a la empresa y falta de interés, por ello siempre se recomienda llegar incluso unos minutos antes.
11- No preguntar las dudas en cuanto a nuestras responsabilidades o actividades. El sentir timidez a la hora de preguntar a alguien sin tener la suficiente confianza suele pasar, sin embargo, es un grave error a la hora de trabajar, pues puedes perder eficacia, no hacer lo que toca e incluso que te riñan porque nuestros errores hayan repercutido. Mostrar interés por hacerlo bien y preguntar determinadas dudas siempre es positivo y muestra nuestras ganas de aprender y satisfacer los objetivos de la organización.
12- Algo relevante a tener en cuenta es no acomodarse por haber conseguido un puesto de trabajo, pues es un error común, el hecho de “como ya tengo trabajo, dejo de esforzarme”. La motivación y las ganas de aprender son factores que no debemos dejar nunca de lado. Debemos querer mejorar siempre, aprender de cada fallo o fracaso, no rendirnos y enfocar nuestros esfuerzos en prosperar. No debemos dejar que los éxitos de los demás nos abrumen o nos desmotiven. Luchar por una meta, por nuestra meta, será el camino del éxito.